En 1962 la aparición del cartucho 7mm Remington Magnum revolucionó el panorama armamentístico de forma considerable. Remington diseñó este cartucho para equipar sus rifles de cerrojo M700 y pronto se convirtió en uno de los calibres más utilizados entre los cazadores de todo el mundo. El principal motivo de esta gran popularidad fue el reducido precio que tenían las armas que disparaban con este calibre. Además, desde su nacimiento, el 7mm Remington Magnum se mostró como un cartucho potente, veloz y agradable de disparar gracias a su escaso retroceso. Se trata de un calibre eficaz para abatir a la mayoría de animales de caza mayor, gracias sobre todo a su gran alcance y a su elevado poder de penetración. Para este tipo de cacería se suelen utilizar balas cargadas con 160 grains. Características: Distancia efectiva: velocidad, poco retroceso, potencia, precisión 300 metros
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